Año 8, Número 3. Mayo - Agosto, 2021.


El sentido bidireccional de la humanización, una perspectiva desde la fisioterapia

The bidirectional sense of the humanization, a Physiotherapy perspective
Universidad del Rosario

Por: Denys Alexandra Martínez Correa / Ver en pantalla completa


Resumen

La humanización ha sido un aspecto reconocido desde la Declaración de los Derechos Humanos en 1948, y ha contribuido a favorecer considerablemente la experiencia de bienestar en la humanidad, cuyo pilar fundamental es el otorgar valor a las personas en medio de diferentes circunstancias cambiantes en la dinámica social. Desde el área de la salud se entablan fuertes lazos socio afectivos en el marco de un proceso de intervención como resultado del cuidado al generar satisfacción integral. Este artículo de reflexión pretende abordar el sentido humanístico bidireccional como resultado de una experiencia de bienestar en salud. Como resultado, se identifica que hay un sentido unidireccional del valor de la persona en el marco de la gestión del cuidado, por ello, desde la estructura social en salud, se debe fortalecer el ejercicio bidireccional del cuidado del valor de la dignidad humana como centro de toda atención.

Palabras clave: humanización, fisioterapia, dignidad, cuidado, Sector Salud.


Abstract

Humanization has been a recognized aspect since the Declaration of Human Rights in 1948, and has contributed to considerably favor the experience wellbeing in humanity, whose fundamental pillar is to give value to people in the midst of different changing circumstances in social dynamics. From the health area, strong socio-affective bonds are established within the framework of an intervention process as a result of care by generating comprehensive satisfaction. This reflection article aims to address the bidirectional humanistic sense as a result of a wellbeing experience in health. As a result, it is identified that there is a unidirectional sense of the value of the person in the framework of care management, therefore, from the social structure in health, the bidirectional exercise of caring for the value of human dignity as the center of all care should be strengthened.

Keywords: humanization, Physiotherapy, dignity, care and Health sector.


Introducción

La humanización ha sido un principio trabajado ampliamente desde las diferentes estructuras organizacionales mediante el desarrollo de políticas públicas direccionadas a mejorar las condiciones de vida en la humanidad; desde los escenarios de aseguramiento y prestación de servicios de salud han representado un aspecto fundamental de la calidad, incrementando considerablemente la provisión de servicios y productos, con el único objetivo de lograr una experiencia de satisfacción en las personas, lo que resulta en un bienestar integral.

Frente a los cambios que han experimentado los diversos sistemas sociales; específicamente el de salud, la implementación de estas políticas públicas, normas y reformas normativas responde a la necesidad del mejoramiento continuo en la prestación de servicios de salud; se habla de “humanizar los servicios de salud” buscando la reducción de eventos adversos y demás acciones inseguras alrededor de las disciplinas que contribuyen a favorecer la salud mediante interacciones de confianza.

Así mismo; la dinámica de la estructura social exige que las y los profesionales de salud hoy día cuenten con una serie de competencias integrales para la solución de problemas donde la innovación, la eficiencia y la efectividad sean el eje de un proceso de humanización.

En el Estado Colombiano, el Modelo de Acción Integral Territorial (MAITE), bajo la estructura y desarrollo de la Política de Atención Integral, el papel de los diferentes actores que hacen parte del sistema es fundamental a la hora de fortalecer la gestión del riesgo en salud con enfoque diferencial, antes, durante y después del proceso de atención. Esto es mediante acciones como la articulación de agentes, participación comunitaria, resolutividad en el primer nivel de atención, incentivos laborales, acompañamiento y seguimiento en cada una de las fases por las que pase la persona usuaria, mitigar la desintegración del sistema; entre otros aspectos fundamentales que responderían mejor a las necesidades de cada uno de los actores que integran el sistema de salud; personas usuarias y profesionales en las diversas disciplinas.

Hoy día, a través de los programas derivados de los Modelos de Atención de Salud en Colombia, se refuerza la necesidad de mitigar la desintegración y segmentación del sistema frente a los aportes de cada disciplina, desde las áreas de atención, logrando una dinámica coordinada entre todos los actores que pretenden abordar una intervención humanizada en medio de condiciones sociales que no favorecen en gran medida su integralidad como seres humanos.

En el caso específico de la fisioterapia, esta ha sido una disciplina fundamental en el proceso de rehabilitación de las personas usuarias al optimizar las funciones osteoarticulares y musculares, buscando mitigar las consecuencias derivadas de la cronicidad como respuesta normal al envejecimiento, e inadecuados hábitos de vida. Adicionalmente, bajo la estructura de un modelo biopsicosocial, procura optimizar y potencializar diversas capacidades del ser humano desde una visión holística para su adecuado proceso de inclusión y habilitación en actividades básicas de la vida diaria integrando las diferentes dimensiones del ser humano, a fin de garantizar una atención de calidad total desde la entrada, hasta la salida del sistema y posterior seguimiento del proceso de salud.

Frente al principio de humanización; las acciones desarrolladas desde la disciplina de fisioterapia responden al sentido integral de una intervención; considerando cada uno de los aspectos clave en el proceso de atención.

La concepción biopsicosocial permite involucrar a los usuarios en las decisiones de las intervenciones, fortalece la autonomía de cada participante en el proceso de atención. Se reconoce la opinión de los usuarios como un pilar fundamental para una atención caracterizada por la calidez humana, la empatía, el respeto por la dignidad frente a las necesidades físicas, psicológicas y sociales por las que atraviesa el ser humano en un determinado contexto.

La comprensión y el reconocimiento de las condiciones del otro benefician la respuesta comunicativa interpersonal de la conducta y la acción hacia un bien común1.

Pereira y Azevedo (citados por Lopes y Sales Brito) afirman que “En las relaciones interpersonales inherentes al ejercicio profesional, es la calidad del encuentro lo que establece su eficacia, y se sabe que la empatía es fundamental en esta reunión”1.

Uno de los elementos importantes inmersos dentro del proceso de “humanización de servicios de salud” es la focalización en el paciente; priorizando la gestión asistencial y administrativa que confiere al propio bienestar, calidad en el desarrollo de los procedimientos e intervenciones, impactando considerablemente la integralidad de aquellas personas usuarias que demandan servicios de salud, satisfacción de los mismos frente a la prestación y aseguramiento en salud, seguimiento, control y evaluación en cada una de las etapas que hacen parte del proceso salud-enfermedad; entre otras acciones que dan cuenta de la calidad de los servicios y productos en materia de salud, y que favorecen el bienestar integral de las personas.

Para el Ministerio de Salud de Colombia, la humanización va más allá de una atención con altos estándares de calidad: pasa de un plano personal a uno transpersonal, donde las actuaciones desarrolladas se soportan bajo valores como la amabilidad, la empatía, el respeto, y el sentido de identidad y pertenencia con el que se ejecuten las actividades necesarias para cumplir con las expectativas y necesidades del público usuario que hace uso del sistema de aseguramiento y prestación de servicios de salud. Por otro lado, se encuentra la calidad que desde la institucionalidad se le otorga a la gestión de talento humano en salud. Los tipos de contratación, los incentivos laborales, las posibilidades de crecimiento personal, social y profesional, la armonía en la cultura organizacional, considerar las necesidades de los trabajadores y trabajadoras como propias de la empresa, aunar esfuerzos por la satisfacción y el bienestar del personal como la base de toda atención, el nivel de liderazgo con el que se establezca un trato digno.

Desde la gestión empresarial, las personas son la razón de ser de la institucionalidad, puesto que son ellas quienes, desde sus acciones, direccionan los objetivos estratégicos al cumplimiento de una misión y una visión. La humanización responde a cada uno de estos aspectos necesarios para lograr la atención centrada en el paciente. Frente al panorama del sistema de salud colombiano, enmarcado en políticas institucionales que le apuestan al sentido humanista de la atención, cabe preguntarse qué aspectos deben considerarse primordiales ante la invisibilidad del cuidado de las y los profesionales de salud que están de cara a la asistencia social; y desde quienes debe apalancarse el ejercicio del cuidado de la integridad y la dignidad humana para la prestación de servicios de salud de alta calidad en los escenarios más caóticos de la atención como lo es una pandemia.


Objetivo

Analizar el sentido humanístico de la atención en salud desde los diferentes escenarios y disciplinas como resultado de un trabajo integral, adecuadamente alineado a los principios de integridad, dignidad y cuidado, para garantizar una prestación eficiente, suficiente y efectiva; una visión desde la perspectiva interdisciplinar de Fisioterapia en los últimos 5 años.


Planteamiento del problema

Involucrarse en el desarrollo de la respectiva revisión corresponde a las y los actores directos e indirectos participes del sistema de salud; quienes requieren de diversas intervenciones en materia de humanización desde la adecuada gestión del cuidado como pilar fundamental de un atención eficiente, suficiente, eficaz y efectiva, soportada en la satisfacción del desempeño profesional y cobertura de necesidades del público usuario; a fin de promover herramientas que fortalezcan y profundicen el sentido bidireccional de la humanización (usuarios-familias-profesionales de salud-directivos) — (directivos-profesionales de salud-familias-usuarios) en el marco de un enfoque equitativo, justo y pertinente como base del desarrollo social.

En este sentido; ¿es posible centralizar la atención en los y las prestadoras de servicios de salud, cuando en la práctica clínica la humanización tiene un sentido unidireccional?


Método de trabajo

Este es un artículo de reflexión que proyecta diferentes perspectivas acerca de la humanización como el eje central de la atención eficiente, suficiente, eficaz y efectiva en los escenarios de salud considerando factores fundamentales de tipo relacional y laboral entre todos los actores que participan activamente en el sistema de salud; su interacción para cumplir con los objetivos estratégicos organizacionales y sociales en el marco de los principios de justicia, equidad y pertinencia, lo que responde a la adecuada gestión del cuidado de la integridad y la dignidad como resultado del trabajo mancomunado en un sentido bidireccional (personas usuarias y familiares-profesionales de salud-personal de dirección).

La metodología empleada fue la revisión de diversos autores e investigaciones en materia de humanización de servicios de salud y su aplicabilidad en cada uno de los contextos de atención; baja, mediana y alta complejidad, la intervención interdisciplinar en dilemas éticos de atención y el ejercicio profesional frente a la problemática actual de salud desde la perspectiva de la fisioterapia mediante publicaciones de los últimos cinco años a nivel nacional e internacional.

La estrategia de búsqueda de la evidencia está comprendida entre el año 2016 y 2020, teniendo en cuenta los artículos que responden al sentido bidireccional de la humanización, principalmente en el sector de la salud, dando respuesta a la pregunta de investigación.

La búsqueda se realiza por medio de términos MeSH, DeCS y No MesH que se tuvieron en cuenta en esta investigación, los cuales se clasificaron de acuerdo al tipo de término: MeSH Humanización, DeCS Fisioterapia, Sector Salud. En idioma ingles fueron: Humanization, Physiotherapy, Dignity, Watch out and Health sector.

Esquema 1. Búsqueda de literatura científica. Elaboración propia.


Resultados y análisis de datos

El sentido humanístico de la realidad responde a la dignidad humana como base de toda conducta y acción del ser humano. Este término es definido a partir de la Declaración de los Derechos Humanos en 1948, donde se prioriza la necesidad de favorecer el valor de la persona, constituyendo un fin en sí misma. De esta manera busca la igualdad de oportunidades sin distinción de raza, color, sexo, religión, política, para el progreso social en materia de derechos y deberes2.

Según José Ignacio Centenera-Jaraba y José López-Guzmán, en su artículo Reflexión acerca del desarrollo de la bioética en las organizaciones profesionales farmacéuticas, para que la acción sea buena es requisito indispensable que el objeto y el fin sean a la vez buenos. No basta realizar obras buenas, sino que es preciso realizarlas bien, la justicia está realmente en el bien no en el bienestar3.

Desde esta perspectiva la dignidad es un valor esencial que atañe al ser humano en todas las dimensiones de su existencia, se contempla por la bondad y su cantidad de manifestaciones que resultan en un fin para sí misma ante la capacidad activa de ser3.

Es por esta razón que cualquier acción bondadosa del ser, en mayor o menor grado propio y a sus semejantes, responde a la excelencia, y a un sentido humanístico integral en la práctica personal, social y profesional.

A partir de documentos nacionales e Internacionales, que a la fecha continúan trabajando por otorgar valor a la dignidad humana, es importante focalizar el sentido humanístico desde este principio, comprendiendo que los y las profesionales de salud también son personas acreedoras de un trato digno, de un valor que fortalezca la capacidad de gestión e innovación al dar respuesta efectiva frente a la prestación de servicios de salud, estableciendo un sentido bidireccional de humanización (personas usuarias y profesionales del sistema de salud).

En Colombia, el Plan Nacional de Mejoramiento de la Calidad establece que la humanización y la calidad confluyen y ubican a la persona como el eje central de su propuesta, convirtiendo la dignidad humana en el propósito central de la atención en salud. Así mismo, propone las principales estrategias y acciones para que se impulsen modelos de gestión orientados a la excelencia y a la generación de valor social4.

Desde los escenarios de atención clínica; se propende por otorgar valor a partir de un enfoque diferencial a los actores del sistema de salud en materia de confianza y satisfacción, desde la entrada al sistema hasta su respectiva salida, mediante la prestación de servicios de alta calidad que logren impactar significativamente la colectividad y cada uno de sus integrantes (Esquema 2).

Esquema 2. Proceso de atención e intervención en salud. Elaboración propia.

Según Diana Milena Carlosama et al, en su artículo Humanización de los servicios de salud en Iberoamérica, se establece que: “En la Política Nacional de Humanización en Brasil se propone el acto de humanizar, como el valor que se le otorga a los sujetos que participan en el proceso de la salud, desde un punto de vista ético y holístico, en armonía con las necesidades de los usuarios”5.

El acto de humanizar desde la esencia del ser humano es estructurar los procesos de pensamiento en la reflexión constante a partir de la cognición, desarrollando capacidades comunicativas, posibilidades de construcción en favor del bien propio, y de las personas que hacen parte de un contexto determinado; razonando cada acción que impactará favorable o desfavorablemente, contemplando la integralidad de esa esencia en el quehacer diario.

El o la profesional de salud, como agente de servicios altamente humanizados, debe corresponder a los principios de la bioética; autonomía, beneficencia, no maleficencia, y justicia, respetando y atendiendo las necesidades de las personas usuarias.

Sin embargo, frente al actual Sistema de Salud Colombiano, se evidencia un entorno que a nivel estructural no favorece el bienestar de sus actores profesionales para la prestación de servicios de alta calidad como resultado de altos volúmenes de atención, turnos extenuantes, formas de contratación laboral, climas organizacionales, tercerización de los procedimientos (a fin de favorecer el costo institucional en salud). Si bien es cierto que el o la profesional de la salud, como ser humano y ante todo como proveedor del bienestar de las personas que reciben los servicios de salud, debe impactar satisfactoriamente el contexto social con sus buenas obras, es necesario considerar que así como este o esta profesional afecta el contexto social desde el ámbito de salud; también él o ella se ve afectado por el mismo.

Como afirma Rodríguez: “En la práctica, los servicios de salud se han convertido (sin generalizar) en una mercancía, hay indolencia, el mundo de la salud está cada vez más definido desde la enfermedad, una pérdida de vista de las relaciones humanas, el trato y la comunicación son evidentes. Los trabajadores de la salud, cada vez con mayores presiones laborales, con dificultades salariales, pérdida del ingreso y dificultades para mantener su estatus, reaccionan ante su propia situación, a veces agravando la distancia”6.

Es por esta razón; que la dimensión integral del ser humano debe contemplar un equilibrio bondadoso en respuesta al respeto por la dignidad humana como fin último para una atención que se focalice adecuadamente en el paciente. No es posible favorecer procesos de humanización que permitan centralizar la atención en el o la paciente; cuando al o la profesional de la salud se le exigen una serie de condiciones laborales deshumanizadas para realizar una práctica eficiente y efectiva (humanizada).

Los profesionales de salud no se pueden fragmentar única y exclusivamente ante el compromiso y responsabilidad de vivir para y por sus pacientes; estos actores del sistema de salud también cuentan con una dignidad, son seres humanos con características biológicas, emocionales y sociales que responden a unos criterios enmarcados por la bondad de quienes los contratan y les permiten desarrollar sus más altas capacidades de servicio a los demás; inclusive a la propia institución.

En este sentido, el cuidado debe darse de manera bidireccional: de quienes gobiernan las entidades y regulan el sistema de salud hacia los y las profesionales de salud que se encuentran en primera línea de atención; área asistencial y administrativa de una institución, considerando a estos y estas profesionales también como la razón de ser del sistema a través de un trato digno, que responda a pagos oportunos alineados con el ejercicio profesional y nivel de riesgo, modelos de contratación que den cuenta de la justicia e igualdad de oportunidades, incentivos laborales que permitan el crecimiento personal y profesional. Así mismo, contribuir a la motivación de los y las profesionales hacia el desarrollo de objetivos estratégicos institucionales que concierten con las expectativas propias a nivel laboral, cumplimiento de los compromisos que favorecen las necesidades del personal. A manera de resumen: el cuidado bondadoso del o la profesional de salud como respuesta al cuidado de su dignidad, favoreciendo el desarrollo de acciones efectivas, seguras y direccionadas a dar lo mejor en el escenario de atención clínica.

Un proceso de humanización bidireccional se evidencia no exclusivamente desde las cualidades, características y requisitos que debe cumplir el o la profesional de salud bajo el marco de la bioética para la atención en salud; sino en el trato que las entidades otorgan a los y las profesionales de salud, al conocer los intereses, sueños, y expectativas de estos y estas profesionales, así como el trato digno de paciente a profesional7. Si bien la prioridad son los y las pacientes ante su estado de vulnerabilidad por la alteración de sus condiciones físicas, emocionales y sociales; per se requieren del acompañamiento del o la profesional de salud en su historia de la enfermedad; quienes son seres humanos con características biológicas, emocionales y psicosociales, relacionales desde y para la humanización, lo que contribuye a un bienestar integral de no solo un grupo de actores (pacientes), sino toda la colectividad (pacientes, profesionales, directivos). En la media que un individuo se sienta bien podrá transmitir bienestar a toda una colectividad.

Humanización desde el área humanista, se refiere a la esencia del quehacer humano: si no hay carácter humano desde y para todas las personas que hacen parte de un contexto, no hay humanización. Desde la práctica de humanización debe contemplarse el cuidado, el reconocimiento de la dignidad, la solidaridad; y dignificar el lugar del otro8-

Desde la fisioterapia hay fuertes cuestionamientos acerca de su reconocimiento frente a las competencias integrales y su papel en el sistema de salud. No solamente se evidencia en las condiciones laborales y emocionales por las que pasan otras disciplinas del sector salud; sino en la ausencia del mismo sector para el reconocimiento de esas competencias en otros campos de acción; como lo son salud pública y cargos de tipo administrativo.

Hoy día existe la teoría, que el campo de acción fisioterapéutico es exclusivamente clínico; adicionalmente, en algunas entidades, lo catalogan como algo técnico. Sin embargo, la industrialización, la investigación, y los avances en la ciencia han demostrado que el papel de esta disciplina es fundamental no solo para mantener la armonía y sincronización del movimiento corporal humano; también para participar en estrategias de atención primaria en salud, como lo es Rehabilitación Basada en Comunidad, y cargos de tipo administrativo, garantizando la gestión de una serie de procesos que se salen del ámbito exclusivamente asistencial9.

Por otro lado; el papel que representa esta profesión ante la situación de pandemia por COVID-19, donde no se reconocen los esfuerzos que se realizan para contribuir a la recuperación de los y las pacientes que se encuentran en las Unidades de Cuidados Intensivos.

Los y las pacientes que a causa de la pandemia por COVID-19 han tenido que requerir de las Unidades de Cuidado Intensivo, pasan por una situación de angustia, estrés, incomodidad e incertidumbre, están sometidos o sometidas a otros factores que comprometen su recuperación. El tiempo de estadía en la Unidad de Cuidado Intensivo incrementa el grado de vulnerabilidad, físico, emocional y social10.

Los y las fisioterapeutas juegan un papel fundamental en este proceso de recuperación: han estado cada vez más presentes en tratamientos de alta complejidad, donde las diferentes técnicas de intervención motora y cognitiva de esta disciplina son importantes para preservar habilidades funcionales de los y las pacientes, alcanzando una recuperación eficaz como resultado de un trabajo multidisciplinar10.

Las acciones fisioterapéuticas desarrolladas en la UCI bajo la estructura biopsicosocial otorgan un valor de calidad a las relaciones interpersonales; su eje fundamental es la empatía, la amabilidad y la capacidad para entablar una comunicación afectiva desde las condiciones tanto del o la paciente como del o la profesional, lo que responde al cuidado de una atención humanizada.

La intervención de la fisioterapia ha tomado fuerza en varios campos de aseguramiento y prestación de servicios de salud, representando un pilar fundamental a la hora de gestionar la salud de las poblaciones, optimizando adecuados procesos de inclusión, potencializando la funcionalidad del movimiento enmarcado en la ejecución de actividades básicas cotidianas como base de la calidad de vida. Principalmente, desde la intervención biopsicosocial, garantiza la calidez humana a partir de la gestión social, aportando posibilidades de desarrollo en condiciones desfavorables de salud.

Ante el compromiso diario y la importancia de su participación en el proceso de recuperación, no se evidencia un sentido bidireccional de humanización, un claro equilibrio con respecto a la institucionalidad, ni entidades regulatorias y sus acciones para otorgar valor al ejercicio de la profesión en el ámbito de la salud.

Otro aspecto que responde a este panorama, es el pago de la prima establecido por la reforma laboral de emergencia, otorgado por el gobierno nacional colombiano; aspecto que no responde ni al nivel de riesgo, ni al carácter profesional que tiene la disciplina. Fisioterapia es una carrera profesional, con perfil académico integral para el desarrollo de competencias direccionadas a favorecer no solamente la gestión de conocimiento, sino la salud y bienestar del público usuario que demanda los servicios.

La participación del profesional de Fisioterapia en dilemas éticos es fundamental para la adquisición de mayores conocimientos sobre cuestiones éticas y aspectos relacionados con la humanización en diferentes áreas de atención, especialmente en la Unidad de Cuidados Intensivos. Se necesitan estudios a futuro para identificar con claridad el reconocimiento de la práctica de la fisioterapia y definir las principales dificultades de este contexto profesional11.

Frente a la actual crisis sanitaria se llevaron a cabo una serie de medias e intervenciones a fin de mitigar su impacto en el bienestar, donde se incluye como prioridad en el proceso de planificación la participación de la fisioterapia como pilar fundamental del cuidado, y este como resultado de un proceso de humanización12.En la medida en que se fortalezca el respeto por la vida del ser humano, considerando las condiciones biológicas, emocionales, psicosociales, personales e interpersonales presentes en toda relación humana como complemento de las acciones técnico-científicas, se otorga valor al proceso de atención y su mantenimiento en el tiempo13.

El cuidado que desde la institucionalidad se le concede al y la profesional en las diferentes disciplinas a nivel personal, psicológico y social; contemplando el ejercicio de su profesión, así como la creación de ambientes laborales favorables para su óptimo desempeño, contribuirá a un trabajo articulado entre los distintos actores del sistema de salud hacia el cumplimiento de objetivos claramente humanizados.

Como respuesta a este requerimiento, el Ministerio de Salud y Protección Social, en un trabajo articulado con los diferentes Secretarios Departamentales y Distritales de Salud, modificaron el Modelo Integral de Atención en Salud por un Modelo de Acción Integral Territorial frente al compromiso y liderazgo de todos los actores con el sector salud, principalmente las autoridades territoriales: “MAITE busca orientar de forma articulada la gestión del Sistema de Salud en los territorios para responder a las prioridades de salud de la población y contribuir a su mejoramiento”14.

El cuidado generalizado de todos los involucrados en el Sistema de Salud debe considerarse como el primer elemento fundamental de atención, comprendiendo cada una de las necesidades de las personas desde el ejercicio de su participación dentro de un marco de desarrollo integral. Es necesario reconocer el papel de cada una de las disciplinas que allí participan respondiendo con principios de equidad, justicia y efectividad ante el desarrollo de competencias y su aplicabilidad en la solución de problemas que alteran la salud y por ende el bienestar de las personas, contribuyendo a mejores resultados en materia de salud.


Discusión y conclusiones

En un contexto social que es liderado por un acelerado proceso de globalización, aún se evidencia una considerable brecha en la visión humanística de los escenarios de salud; donde la prioridad se ha reducido a un sentido unidireccional del cuidado, de la integridad de los profesionales que están de cara a la intervención y atención, puesto que la productividad ha sido el aspecto más sobresaliente sobre esta condición. Así mismo; otras de las formas más representativas que acentúan las inequidades sociales son la productividad excesiva en un contexto de precariedad laboral e incentivos laborales acorde a las disciplinas profesionales, donde los beneficios se atribuyen más a unas que a otras.

Dónde quedan los intentos por lograr un trabajo mancomunado que permita la acertada articulación y alineación de todos los factores socioeconómicos tendientes a efectuar el cuidado de las personas, su integridad y dignidad en el marco de una experiencia altamente caótica.

¿Las políticas públicas, los programas y proyectos dirigidos a “humanizar los servicios de salud” realmente se focalizan en la gestión del cuidado?; ¿o es un asunto de promover estrategias de sensibilización principalmente en contextos laborales donde se pretende generar una atención suficiente y efectiva bajo condiciones deshumanizadas? Es pertinente establecer organizaciones sociales estructuradas bajo principios definidos que permitan favorecer la gestión del cuidado en un sentido bidireccional sostenible en el tiempo; donde la humanización tome un sentido integral y diferenciado frente a la gestión del servicio en el cuidado de cada persona involucrada en un proceso relacional.

A manera de conclusión; existe un evidente desequilibrio en el proceso de humanización frente a la atención centrada en el paciente; prioridad de las políticas públicas. Es fundamental que el proceso de humanizar inicie desde el reconocimiento de cada profesión en el ejercicio de sus competencias, asegurando adecuadas condiciones laborales y un ambiente favorable para su óptimo desempeño.

Se debe aunar esfuerzos entre las diferentes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales a fin de fortalecer el ejercicio bidireccional del cuidado, del valor de la dignidad humana como centro de toda atención; iniciando desde la protección laboral del profesional en salud.

El sentido bidireccional de la humanización es: personas que reciben los servicios de salud y sus familias — profesionales de salud que dirigen las instituciones, profesionales de salud que dirigen las instituciones —profesionales de salud que prestan los servicios — personas que reciben los servicios de salud y sus familias. Esto implica la adecuada gestión del cuidado de todos los actores que hacen parte del sistema de salud, integrar una serie de elementos importantes para su desarrollo efectivo, pasando de un plano personal a uno transpersonal donde la característica fundamental es el liderazgo y el trabajo articulado entre todas las personas que hacen parte del contexto, reconociendo las diferentes disciplinas en el ejercicio de su profesión como base de toda atención que aportará al bienestar de las personas, identificando con claridad las necesidades de los y las pacientes en el marco de un modelo biopsicosocial, cumpliendo con cada uno de los criterios direccionados a entablar confianza, seguridad y satisfacción como resultado de la organización de los procesos administrativos y asistenciales bajo un enfoque diferencial soportado en los principios de justicia, equidad y pertinencia.

Los planes de mejoramiento de la calidad que se realizan bajo la estructura del sistema de gestión de garantía de la calidad en salud deben fortalecer sus intervenciones en el marco de una humanización integral que garantice no solo el cuidado de las y los pacientes, sino del profesional de la salud bajo políticas de contratación justas y pertinentes, sistemas de incentivos, mitigación de la fragmentación y desintegración en la atención e inequidades en salud, contribuyendo de esta manera a una atención que se centre en el y la paciente bajo los pilares fundamentales de la humanización como valor y principio de todo fin.

Por otro lado, se observa la necesidad de reconocer la importancia de la participación multidisciplinar e interdisciplinar de las diferentes ramas de la salud en los dilemas éticos de atención orientado desde un enfoque holístico integrador.

Actualmente la humanización de la atención en salud continúa siendo un reto de calidad en las instituciones prestadoras de servicios de salud, no solo en la humanización de la atención al público usuario, sino también en el abordaje de la problemática de los trabajadores y trabajadoras de la salud6.


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Fecha de recepción Fecha de aceptación Fecha de publicación
13/11/2020 24/04/2021 31/05/2021
Año 8, Número 3. Mayo - Agosto, 2021.


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