Año 2, Número 3. Mayo - Agosto, 2015


Regulación de la publicidad de alimentos con alta densidad calórica o energética, relacionada con la obesidad infantil en México

Regulation of food advertising with high heat or energy density, related to childhood obesity in Mexico
Universidad Central de Querétaro

Por: Shayenska Gutiérrez Pérez / Ver en pantalla completa


Resumen

En 2009 surgió el código de autorregulación de publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida al público infantil1 (Código PABI) junto con el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria2, surgido un año después. Ambos pretendían regular la publicidad de alimentos con alta densidad calórica o energética; previniendo problemas de obesidad y sobre peso en los infantes. Sin embargo a más cinco años no se ha logrado el objetivo, las constantes omisiones de anunciantes, medios y profesionistas muestran poca seriedad en el tema, cientos de anuncios publicitarios de dichos productos siguen en los medios de comunicación. Científicamente se ha demostrado que la televisión influye en los hábitos alimenticios de los niños3. En la actualidad México ocupa el primer lugar de obesidad infantil en el mundo según el último reporte del 20149. El objetivo de la presente investigación es verificar y examinar las controversias del código PABI en el contexto socio-mercadológico.

Palabras clave: Publicidad, obesidad infantil, alimentos con alta densidad calórica o energética, regulación, responsabilidad.


Abstract

In 2009 emerged the “Self-regulatory code of marketing of food and non-alcoholic beverages addressed to children audience” (PABI Code) along with the “National Agreement for food Health”, which came up just a year later. Both were aimed to regulate the advertising of foods with high caloric content in order to avoid the obesity health problem and overweight in infants. Nevertheless in more than five years the goal has not been achieved, the constant omissions of advertisers, media and professionals are reflected even today in hundreds of ads and advertising for such products. Which can be watched on the mass media. It is scientifically proven that television is a key factor influencing the eating habits in the children. This health situation has placed Mexico in the first place of children obesity in the world. The objective of this research is to verify and examine the controversies of the PABI code above mentioned together with the marketing context.

Keywords: Advertising, childhood obesity, junk food, regulation, responsability.


Introducción

En los años 70s ya se comenzaban las primeras investigaciones sobre el poder y las consecuencias de la televisión (TV) y la publicidad de los alimentos con alta densidad calórica o energética en los niños. Donohue en 1975 inauguró el campo de estos estudios con su investigación para demostrar “la negativa influencia de la publicidad de alimentos en la dieta de los niños” a partir de su observación que entonces indicaba el posible incremento de la mala alimentación con la entrada del nuevo milenio5.

En el año 2006 Aktas, Y. Diseñó un estudio3 que pretendía evaluar el nivel de influencia de la publicidad de la comida chatarra en niños de 3 y 8 años. Encontrando que de los 775 artículos usados en el estudio el 22.46% correspondían al mercado de los alimentos entre los cuales se encontraban comerciales de golosinas y chocolates, papas fritas y derivados; el impacto logrado había sido del 40.3% en los infantes que admitieron el haber pedido con mayor frecuencia a sus padres que les compraran los productos que veían en la TV versus lo que no tenían comerciales durante su programación favorita.

Es un hecho que la TV puede llegar a tener gran autoridad sobre el juicio y la toma de decisiones de un niño que es naturalmente vulnerable, siendo una de las principales causas de los problemas agudos de obesidad infantil en México. Laura Perlado y M. Luisa Sevillano en el año 2003 en su artículo titulado “La influencia de la televisión en los niños”6 explican que actualmente la sociedad ha dedicado un lugar especial a la TV, así como un tiempo privilegiado en la vida del hombre, sobre todo en la de los niños. Aseguran también que, se ha ido introduciendo poco a poco en nuestro ambiente doméstico, consiguiendo y apostando a sus cualidades persuasivas de transmisión, logrando entretener y moldear las pequeñas mentes de los infantes. Finalmente afirman en sus propias palabras “que el poder subjetivo real de la TV emerge en gran parte de su enraizamiento en la vida individual, personal y colectiva del hombre y la sociedad”.

Hasta ahora se han hecho múltiples estudios e investigaciones al respecto, se han generado también reglamentos y normatividades en México con el paso de los gobiernos y sus periodos, sin embargo, las regulaciones y los estudios han pasado desapercibidos.


Planteamiento del problema

Algunos estudios recientes sobre la salud en la población infantil de México indican que el aumento de obesos en los últimos 20 años es alarmante. La doctora Francisca Durán Mosqueda en 2013 comenta que “la causa mayor por lo cual los mexicanos sufren de sobrepeso, es por la poca cultura de la población respecto a la nutrición de lo que debe ingerir”7. Indica que todos aquellos alimentos que contiene, por lo general: altos niveles de energía, azúcar, sal y/o grasas trans y/o grasas saturadas, aditivos químicos, colorantes, saborizantes y poca variedad de nutrientes saturan las dietas posmodernar de los niños y jovenes.

Una preocupación actual para el gobierno de México es combatir este estremecedor panorama que a la vuelta de los años cobrará grandes facturas a las partidas presupuestales en materia de salud pública. Según la revista Forbes México8, en su edición digital de julio del 2014, con el encabezado “Las 4 medidas del gobierno contra la obesidad” refiere que además de las restricciones horarias publicitarias en TV y cine, el gobierno federal tomará otras tres medidas que buscan disminuir los actuales índices de obesidad en niños y jóvenes, las cuales son: sellos nutrimentales, reporte de calorías y eliminación en etiquetas de calorías “recomendadas”.

Así la Secretaría de Salud anunció las medidas regulatorias de la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, relacionadas con la publicidad y el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (sus siglas en inglés UNICEF)9 en su último estudio sobre salud y nutrición del 2014 indica que “actualmente, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adultos, precedido sólo por los Estados Unidos”. Una postura y una respuesta frente al tema son la responsabilidad e injerencia que los medios masivos de comunicación como la TV han tenido sobre la “cultura alimentaria infantil” en el país. La última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de México, indica que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso u obesidad en México4; lo cual representa más de 4.1 millones de infantes con este inconveniente. Coincidentemente, igual que la Dra. Mosqueda, la UNICEF concluye que la principal causa a la que se apunta son los malos hábitos en la alimentación.

No es de extrañar que se haya considerado por varios autores, incluso por los citados anteriormente, a la TV como uno de los responsables en este contexto. Cristina Díaz en el 2013, en su crítica a la ética publicitaria en España5 autorregulada por su código PAOS explica que: “La publicidad de alimentos dirigida al público infantil, es frecuente la alusión a la falta de experiencia del niño frente a los contenidos televisivos como un factor de riesgo ante eventuales efectos poderosos y una mayor vulnerabilidad”.

México cuenta con su propia regulación al respecto, el Código de Autorregulación de Publicidad de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas dirigida al Público Infantil (PABI)1 publicado en el 2009 y el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria (ANSA), estrategia contra el sobrepeso y la obesidad en el 2008. Si bien, desde hace años se están tomando cartas en el asunto, y pese a todo para el año 2014 se sigue manteniendo el primer puesto en obesidad infantil, como lo precisa la organización Peta Latino (en inglés People for the Ethical Treatment of Animals) en su publicación web de abril del 2014 “¿Qué país ocupa el primer lugar en obesidad a nivel mundial?10” advirtió que “El sobrepeso y la obesidad se han triplicado en México. Ocupa actualmente el primer lugar en obesidad a nivel mundial. El presidente de México hizo oficial que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil ”. Es por lo anterior que la regulación en los alimentos alimentos con alta densidad calórica o energética, es una de tantas medidas que se deben tomar con seriedad y respeto.


Objetivo

Determinar argumentos válidos, para que el contenido publicitario de “alimentos con alta densidad calórica o energética” (burdamente llamados también “comida chatarra”); se limite estrictamente en los horarios familiares de TV en México, además de presentar la influencia negativa en los hábitos alimenticios de los niños y jóvenes.

La agencia internacional de contenido multimedia Thomson Reuters en 2011, publicó un artículo nombrado “OMS recomienda limitar publicidad para niños de comida chatarra”11 donde se puntualizo que los gobiernos deben trabajar con la industria para restringir la publicidad de alimentos con alto contenido de sal, azúcar y grasas peligrosas destinada a los niños, para combatir así la epidemia de obesidad. Esos consejos apuntan a combatir tanto la frecuencia como el "poder" de la publicidad, por ejemplo el uso de dibujos animados para cautivar a los niños, acotaron los funcionarios de la OMS (Organización Mundial de la Salud).


Hipótesis

Si bien la publicidad no ha sido el único factor responsable en el aumento de la obesidad infantil en México. Se tiene evidencia de su parte de responsabilidad, una investigación de Catalina González y Eduardo Atalah12 en 2011 titulada “Regulación de la publicidad televisiva de alimentos para prevenir la obesidad infantil” revela que los niños entre 2 y 17 años de edad ocupan en promedio 2,5 horas por día en ver televisión, dentro de ese tiempo están expuestos a un promedio de publicidad de alimentos cada 5 minutos (cerca de 30 por día) principalmente de productos no saludables, emitidos con técnicas avanzadas de mercadeo y persuasión. Se observo en el artículo citado una asociación significativa entre el número de horas que el niño ve televisión y la ingesta de energía, lípidos y azúcares. También se menciona un estudio ecológico que incluyó información de Australia, Estados Unidos y ocho países europeos, donde se demostró asociación entre la proporción de niños con sobrepeso y el número de anuncios por hora en la televisión12.

Es por ello, que se debe regular la publicidad de alimentos con alta densidad calórica o energética poco saludables para los niños en México, pues desde hace años se mencionan los efectos nocivos como el acrecimiento de los problemas de sobrepeso. Hoy somos el país número uno en obesidad en niños a nivel mundial10.


Método de trabajo

Alcance de la investigación.

Se llevó a cabo una investigación documental, por el interés de confrontar las críticas, documentos e informes, entregando como resultado un panorama novedoso sobre el tema.

De tipo cualitativa ya que se utilizaron materiales y manuscritos de teoría fundamentada. Con un proceso sistemático para generar teorías que expliquen a nivel conceptual la interacción de proposiciones teóricas que ha surgido de los datos obtenidos en la documentación así como de los estudios previos.

Revisión de fuentes de información.

Primarias: Códigos de regulación. Informes sobre obesidad infantil en México y America Latina, de los últimos cinco años.

Secundarias: Estudios sobre los efectos de la publicidad en los niños y jóvenes en México, América Latina y Europa. Estudios sobre la publicidad en TV, patrón de consumo alimentario.


Resultados

Algunas notas periodísticas informaron que existieron fallas en la aplicación de las actuales regulaciones sobre la publicidad de los alimentos con alta densidad calórica o energética y su publicidad, en su año de lanzamiento. El periódico El Universal en su versión digital de abril del 2009 menciona que el PABI cobijado por la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (CONAR) contenía múltiples errores y problemas justificados en aquel momento por los directivos a cargo13 En su nota aparece una reseña donde se explica que los problemas que detectaron la COFEPRIS y la CONAR en el mismo año que salió el PABI1 se estaban monitoreando y corrigendo, considerando también que no se dieron a conocer de forma pública cuáles eran las fallas y cómo es que estaban siendo corregidas.

Otro punto interesante a tomar en cuenta son las reacciones que se dieron y fueron informadas por el organo regulador:

De las 30 inconformidades ninguna ameritó sanciones contra las empresas, aunque sí fueron retirados del aire 10 anuncios y se modificaron 20 más; Entre los anuncios que fueron retirados están uno de Nestlé de Nesquick; uno de galletas Emperador de Gamesa y otro de Coca-Cola, y entre los que se modificaron están principalmente los anuncios de cereales13

Estos números muestran y ponen en evidencia a los órganos que comprometieron su labor para la vigilancia y aplicación del código PABI1 (2009, p.5) que en su objeto refiere lo siguiente:

El objeto del presente Código es establecer los principios, lineamientos, mecanismos de verificación y de cumplimiento de la publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida al público infantil, en el marco de la autorregulación del sector privado, como herramienta coadyuvante para el fomento de una alimentación correcta y la práctica habitual de actividad física, contribuyendo a la prevención del sobrepeso y la obesidad

La realidad muestra que después de la salida del código PABI en el 2009, tan solo se han registrado públicamente 30 inconformidades13 sobre el incumplimiento del mismo, cabe aclarar que en la presente investigación no se encontró ningún otro dato sobre las violaciones a las regulaciones mencionadas.

Este es el referente para combatir el alto índice de niños con problemas de peso y de salud a causa del abuso de este tipo de comida que se anuncia deliberadamente en la TV o en otros medios masivos de comunicación.

Tan sólo 29 empresas se sumaron voluntariamente a este nuevo marco regulatorio para anunciar sus productos, además de consultar la Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (CONAR) antes de poner al aire sus campañas publicitarias.

Un análisis del organismo del gobierno federal PROMÉXICO14 en 2012 llamado “Industria de alimentos procesados” (cap. 3, p. 7) indica que los proveedores de los alimentos procesados según Global Insight, INEGI, Secretaría de Economía & Global Trade Atlas se componían por un aproximado de 155,723 unidades económicas; en el documento no se encuentra el número total de empresas, los datos son expresados únicamente en unidades financieras. De acuerdo al informe y al dato anterior de la Conar13, existen más de 29 empresas dedicadas a éste rubro, lo cual se vuelve insuficiente para enfrentar y regular la publicidad en TV de productos alimenticios con alta densidad calórica o energética dirigida a los niños y jóvenes. A continuación se muestran las empresas líderes en el mundo según el estudio de PROMÉXICO (cap. 3, p.10) más importantes por su nivel de ventas en la industria de alimentos (Cuadro 1)15.

Cuadro 1. Principales empresas mundiales de alimentos procesados por nivel de ventas.

Empresa País de origen Ventas 2010 (md) Empleados Líneas de negocio
Nestlé
Suiza
116,974
281,000
Restaurantes, farmaceútica, comida preparada, comida congelada, lácteos, bebidas, helados, alimento para bebe, alimento para mascota, confitería.
Unilever
Holanda
68,393
167,000
Aderezos y especias, helado, bebidas, artículos de higiene personal, productos para el hogar.
Pepsico
Estados Unidos
57,838
285,000
Bebidas gaseosas y energéticas, frituras, botanas, galletas, cereales.
Kraft
Estados Unidos
49,207
127,000
Confiteria, lácteos y quesos, galletas, comida congelada, bebidas, abarrotes, cereales.
Mars
Estados Unidos
30,000
65,000
Confitería, comida preparada, bebidas, alimento para mascotas.
Grupo Danone
Francia
22,556
100,995
Lácteos, agua, comida para bebé, nutrición.
General Mills
Estados Unidos
14,796
33,000
Cereáles, snacks, lácteos, panadería, comida preparada.
Kelogg
Estados Unidos
12,400
30,645
Cereáles, snacks, comida congelada y comida preparada.
Grupo Bimbo
México
9,281
108,000
Panificación, botanas, panadería, confitería.

Fuente: (PROMÉXICO, 2012a; Informe anual 2010 de cada empresa, 2012b).

Las grandes corporaciones, tienen a nivel mundial ventas por millones de dólares cada año, esto convierte a la regulación de publicidad y el control del sobre peso en México en un problema complejo y multifactorial. Es por eso que, pese a los bien intencionados esfuerzos por parte de los órganos reguladores desde hace más de 5 años, se sigue viendo en la programación televisiva infantil y familiar de señal abierta cientos de comerciales de éstos grandes grupos corporativos, que si bien se sumaron al programa de regulación publicitaria, o no; los contenidos que manejan siguen siendo poco recomendables para una buena alimentación y nutrición.


Discusión

En 2009, al mismo tiempo que el Código PABI1, se lanzó un programa de educación nutricional en la llamada cruzada por la calidad de la educación nombrado “Diseño de planes alimenticios para el escolar y buenas prácticas de higiene”16 donde se indican cifras de obesidad en los niños de 6 a 10 años donde uno de cada tres niños de México tiene sobrepeso y obesidad.

Se incluía también “el plato del bien comer” donde se recomendaba lo siguiente:

Incluye al menos un alimento de cada grupo en cada una de las tres comidas al día. Come la mayor variedad posible de alimentos. Come de acuerdo con tus necesidades y condiciones. Ni de más, ni de menos. Consume lo menos posible de grasas, azúcares, sal y comidas muy ácidas16.

Se muestra a continuación para fines didácticos la Figura 116 publicada en el citado documento de la SEP (cap. 2, p. 29) donde se explica de manera gráfica el plato del bien comer:

Figura 1. El plato del bien comer

plato buen comer

Apéndice Normativo A de la Norma Oficial Mexicana
Servicios Básicos de Salud. Promoción y Educación para la Salud en Materia Alimentaria.
Criterios para Brindar Orientación.

- Incluye al menos un alimento de cada grupo en cada una de las tres comidas al día.
- Come la mayor variedad posible de alimentos.
- Come de acuerdo con tus necesidades y condiciones. Ni de mas, ni de menos.
- Consume lo menos posible de grasa, azúcares, sal y comidas muy ácidas.

Fuente: Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-043-SSA2-1999. Servicios básicos de salud. Promoción y educación para la salud en materia alimentaria.Criterios para brindar orientación. Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 24 de diciembre de 2001.

Fuente: Secretaría de Educación Pública, 2009.

Como se puede observar, la recomendación a través de esta campaña de educación alimenticia de la SEP, ni siquiera ubica a los alimentos altos en azúcar, harinas y grasas. Por el contrario exhorta a los adultos a disminuir de las dietas de los pequeños este tipo de comestibles.

Siguiendo con la regulación, cabe mencionar complementado, que el PABI obliga a los anunciantes de alimentos y bebidas infantiles a incluir en sus campañas publicitarias temáticas de fomento al deporte y a la alimentación balanceada. El objetivo además, en lo mencionado anteriormente, indica que la prevención de un futuro problema de salud es la tarea primordial de su existencia.

El marco de regulación del PABI1 (p.3) indica que la publicidad que no respete y cumpla recibirá desde amonestaciones hasta sanciones severas a las empresas que no retiren y modifique sus anuncios. Sin embargo, tal parece que no se aclara trascendentalmente ¿Qué tipo de amonestación o sanción abarca esta penalización? ¿Es un correctivo justo para el escenario de salud que se empieza a enfrentar? teniendo soluciones tan frágiles y confusas, no habrá un recurso substancial e inmediato a corto plazo. Una noticia del Periódico Express de Nayarit en 2008, antes de que entrara en vigor el 1º de enero del 2009 el Código PABI; en su nota “La industria de alimentos y bebidas firma código de autorregulación de publicidad infantil (PABI)” indica que las empresas que participan y firman el código son las compañías nacionales y multinacionales más grandes y poderosas; quienes invierten cada año millones de dólares o pesos en publicidad, entre las que están: Barcel, Cadbury Adams México, Coca Cola, Conservas La Costeña, Grupo Alpura, Gamesa Quaker, Grupo Jumex, Kellog´s Company México, Nestlé de México, Pepsico de México, Productos Kraft, Productos Gatorade de México, Sabritas, Sigma Alimentos, Unilever de México, Ferrero de México, Obrador y Empacadora La Barca, Pilgrim´s Pride, General Mill´s, Lala, Alfino y Productos fritos.17

Los principios que guarda éste código, en su tercer aparatado, incluyen el de “Protección a la Infancia” (p.6) que dice:

La publicidad dirigida al público infantil, tomará en cuenta su vulnerabilidad, capacidad crítica, nivel de experiencia y credulidad. Se evitará la utilización de imágenes, sonidos, textos, lenguaje y demás contenidos que pongan en riesgo, deterioren o perjudiquen su salud física y/o mental, así como los que de forma directa o indirecta afecten negativamente el concepto de familia y la educación en los valores1.

Los niños son personas con debilidad e indefensión ante el contacto con la mercadotecnia y la publicidad. Citando al Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales por M. Teresa Peciller en su artículo “La publicidad infantil. ¿qué vende la luna?” de 2011 dice que: “Mucha publicidad dirigida a los niños aparentemente trata de explotar su credulidad y susceptibilidad, en la esperanza de que ellos presionen a sus padres para comprar productos que no les aportan ningún beneficio real18 En suma de toda la evidencia mostrada y examinada, se muestra que la situación actual entre la publicidad de productos alimenticios con alta densidad calórica o energética (coloquialmente “comida chatarra”) y las regulaciones que han surgido en respuesta al creciente índice de niños obesos o con problemas de salud por la mala alimentación. No han tenido el efecto y aplicación esperados.


Conclusiones

Es por eso que se necesita de un verdadero y efectivo código ético de regulación publicitaria para la infancia, que obligue a todo el mercado de empresas internacionales de alimentos procesados (productos alimenticios con alta densidad calórica o energética) a cuidar y salvaguardar la salud, la inocencia y el crecimiento de los niños de México. Y sobre todo, un gran esfuerzo por parte del gobierno para vigilar y sancionar a quienes no lo cumplan. No sólo en los alimentos y bebidas, sino en general; todas las temáticas que se les venden ya que son en su mayoría poco positivas para su sano desarrollo. Hoy se ofertan formas de vida, estilos de alimentación, visiones del mundo, modas, etc. El acto de “vender” es una idea cultural que hoy va más allá del intercambio de bienes y servicios; P. Kotler en su libro “Dirección de Marketing. Conceptos Esenciales” define el concepto de venta como “la estimulación precisa de los consumidores (personas) por parte de las empresas, para que compren, poniendo en práctica todo un arsenal de herramientas de venta y publicidad para estimular más y más compras” (cap. 2, p.34)19.

Los niños de hoy serán los adultos del mañana. Recapitulando, México ocupa actualmente el segundo sitio en obesidad en su población adulta. Si las cifras siguen exponencialmente dirigiéndose hacia la misma tendencia donde la infancia de hoy representa esta fracción de la población. Seguramente ya no estará en segundo sitio, será muy probablemente el primero. En el artículo “UNAM promueve el cambio de hábitos alimenticios” publicado por la Doctora Hernández en el 2014, manifiesta que:

La información preventiva y educación son un camino indispensable para enfrentar la obesidad, el sobrepeso, las enfermedades cardiovasculares, y la diabetes, que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las dos últimas son las principales causas de mortalidad en México20

Sin embargo, los esfuerzos por cambiar esta situación multifactorial requiere de la fuerza y el compromiso de los principales actores de la sociedad: la escuela, la familia, el gobierno, el mercado (empresas) y los medios de comunicación. Reafirmando que la comunidad mediática y las empresas son los principales encargados de contrarrestar un entorno “sedentario, mal habituado a los alimentos con alta densidad calórica o energética” porque de ellos ha nacido el principal aliciente que tiene atrapado a éste México en el primer lugar en obesidad infantil en el mundo.

Resulta un peligro dar cuenta lo inestable y precario que manifiesta este marco legal regulatorio para las grandes empresas que bien podrían hacer caso omiso a lo que se les pide. Políticas públicas, regulaciones, gobiernos, medios y empresas anunciantes no logran ponerse de acuerdo; las acciones que cada uno realiza son incongruentes con el compromiso pactado en el Código PABI.

La propuesta de esta investigación es suscitar el cambio empezando por la propia entidad académica, los profesionales y los medios. Es necesario frenar esta pandemia moderna cargada de productos alimenticios con alta densidad calórica o energética nada saludables. La vigilancia y el cumplimiento puntual de los códigos, la educación de la sociedad, son parte de la solución a este escenario tan adverso para nuestro país.

Reconocer que se debe sacar del aire toda la publicidad de marcas y empresas que fabriquen o vendan comida poco nutritiva, alta en grasas, azúcares, conservadores, etc. En suma con las campañas públicas y privadas para generar nuevas y sanas prácticas alimenticias y de salud. Facilitarían que esta realidad se vea paso a paso disminuida evitando un colapso de salud nacional. El desenlace queda en manos de los actores responsables, así como el asumir este acto de conciencia y responsabilidad.


Agradecimientos

A la Maestra Mayra V. Barrera Figueroa, quien ha guiado mi camino con paciencia y sabiduría para culminar este trabajo.
A mi familia por hacer de mí una mujer incasable y amorosa del conocimiento.
A Manuel por se mi firme pilar en la vida.


Referencias

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Fecha de recepción Fecha de aceptación Fecha de publicación
18/11/2014 15/04/2015 29/05/2015
Año 2, Número 3. Mayo - Agosto, 2015


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