Mitos y ritos del toro bravo en las civilizaciones antiguas Myths and rites of the brave bull in ancient civilizations |
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Introducción | |||||||||||
Como consecuencia de la prohibición de los festejos taurinos y el cierre de la emblemática plaza de toros de Barcelona, España, en septiembre de 2011, se ha marcado un precedente histórico en el mundo del toreo y con ello una ola de manifestaciones en contra de esta tradición milenaria, que data desde el principio de la humanidad pasando por las grandes civilizaciones del mundo antiguo. De esta manera hay que resaltar la importancia y el significado del toro bravo para estos pueblos y como esta práctica se ha convertido con el paso del tiempo en una expresión artística. |
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Desarrollo | |||||||||||
Cuando se habla del toro bravo, no se puede dejar atrás su origen, su evolución, la importancia y trascendencia que ha tenido a lo largo de la historia en las civilizaciones antiguas. Es así como varios investigadores han estudiado el origen de este animal que es único en el mundo, tal y como lo menciona T. Ortego, en su libro el toro de Hachos:
Los primeros escritos que aparecen relacionados con el toro, se encuentran en las tablas de arcilla en Babilonia, en donde los sumerios describían la frase de “En un principio era el toro”, posteriormente los asirios en sus códigos mencionan las cacerías de uros. Años más tarde, en el periodo paleolítico superior (33.000 – 9.000a.C.) tiempo en que se tiene registrada la aparición del arte rupestre, en España, Francia y el Sahara, demuestra pictóricamente con siluetas realizadas con piedra tallada, la existencia de un animal bravo y agresivo con una tipología similar a la del toro de lidia actual. También entre los ríos Tigres y Éufrates, en Mesopotamia (actualmente la zona sur de Irak) se han encontrado representaciones y culto al toro, estimado, sobre todo por su fuerza física, por su potencia muscular y por su mugido. Hay que mencionar que en los inicios de Mesopotamia, existió también el bisonte de enorme tamaño que sirvió de modelo para representar a los toros alados. En esta fase apareció el toro como símbolo o encarnación de la divinidad, tal es así que Marduk recibió el apelativo de toro negro del abismo. Los dioses desde la época de los sumerios han tenido como símbolo sagrado al toro, tal es el caso de Anu, dios supremo tiene como animal sagrado a un toro celeste, también, Sin, señor del calendario y de la vegetación y fecundidad es representado como jinete de un toro alado, Ada, dios de la tempestad se encontraba erguido sobre un toro y con rayos en la mano. De la misma manera, muchos de los genios y espíritus encuentran en los toros androcéfalos una representación plástica, estos los vemos pacíficamente tirados en el suelo y es así como los asirios los convirtieron en ornato para adornar sus palacios, dándoles el siguiente significado: El cuerpo del toro, simboliza la fuerza; la cabeza humana, la inteligencia; las alas, la celeridad; la tiara con dos pares de cuernos, la naturaleza divina y la melena con la barba el poder.2 Tal el área de dispersión abarca desde la punta septentrional de Europa hasta el extremo opuesto de Asia, y desde España e Inglaterra hasta el oeste de China, aquí aparecen formas domésticas, simultáneamente en varias zonas geográficas. Esto explica la existencia de toros semisalvajes en Escocia y Suiza, en esta nación los toros fueron dedicados a la lucha, para Keller estas derivaciones del uro, eran oriundas de la época de los faraones, en la cual se criaban toros en la región del Nilo.3 La mitología Persa esta polarizada por la existencia de dos principios antagónicos: Oemuz, principio del bien y de la luz y por Ariman principio del mal y de las tinieblas. Un antiguo mito iranio reseña: “Que Ormuz, después de crear la luz, creo un toro primordial, en cuyo cuerpo se encontraban todos los gérmenes de la vida orgánica. Pero Armian con sus demonios invadió la esfera de Ormuz. No solamente logró introducirse en la llama del fuego, que a partir de entonces produjo como impureza el humo, sino que atacó al toro primordial. De las astas del toro primordial salieron los arboles; de su rabo, los granos; de su nariz, las legumbres y de su sangre las uvas.”4 En la india el toro es considerado como amigo del hombre, como divinidad tutelar, fuente de bienes y de santidad, ya que el toro y la vaca con el solo tacto pueden purificar al pecador. Esta veneración Hindú por el toro, se ha convertido en arte, tal como el famosísimo toro sagrado de Mysore, que se encuentra en el célebre templo de Kailasa, en donde el Nandi, se ofrece para la veneración de los fieles. Para Álvarez Miranda, “el mundo religioso del Asia Menor, se encontraron huellas de un culto del toro en relación con la idea de fecundidad. Se conserva una imagen del toro fenicio, de colección Ustinov, en cuya frente aparece un símbolo que permite clasificar a la imagen dentro de la categoría del toro como depositario de energía reproductora, tanto animal como humana. Es indudable el sentido de estas representaciones, que aparecen inspiradas por la magia de la fecundidad. Los protagonistas son el toro y la mujer desnuda y en ocasiones, un hombre. La guirnalda y el columpio aparecen también como elementos del carácter ritual.” 5
Dédalo construyó una vaca de madera tan perfecta, que atrajo el interés del toro blanco. Introducida ella, logró la unión con el toro, y de este monstruoso enlace nació el Minotauro, es decir, un ser que tenía cabeza de toro y cuerpo de humano. El Minotauro fue encerrado en un laberinto construido por Dédalo, y allí devoraba las víctimas que la piedad y el temor del pueblo ofrecían. Entre estas se contaban los catorce jóvenes atenienses, por mitad de sexo distinto, que todos los años Atenas entregaba a Minos como tributo. Mientras tanto el toro vuelto furioso por Poseidón o acaso por la burla de Pasifae, empezó a asolar a Creta y se convirtió en un peligro nacional. Euristeo, rey de Tirinto, encargo a Hércules la captura del animal, este desembarcó en Creta y con la autorización de Minos logró reducir al toro con la ayuda de una red, lo cargó sobre sus espaldas y se lo llevó a Eristeo. Hera puso en libertad al animal. El toro atravesó la Argólida, cruzó el istmo de Corinto y llego al Atica, donde, en la llanura de Maratón, renovó sus estragos. Entonces intervino Teseo, el gran héroe ateniense, este tomo al toro por los cuernos y después de pasearlo por toda Atenas, lo sacrificó en la Acrópolis al dios Apolo. Este mismo Teseo fue el que después logró matar al Minotauro, introduciéndose en el laberinto, del que salió gracias al ovillo de lana que previamente la había dado Ariadna, hija de Minos, y que le permitió, atravesó de su hilo conductor, volver a encontrar la salida. 6
Es así como Homero en la Ilíada lo describe:
En la península Ibérica, se han encontrado innumerables vestigios del origen del toro de lidia, el más importante es el que está ubicado en las cuevas de Altamira en España, se encuentran pinturas rupestres donde se deja constancia de la existencia del Uro y también de bisontes. Estos dibujos se localizan en grutas y abrigos distribuidos por toda Iberia, en donde se representa el esquivar al toro en los lances peligrosos de su caza y la huida del cazador ante el toro herido. La cueva Tito Bustillo, ubicada en la provincia Asturiana, es uno de los grandes santuarios del arte paleolítico del occidente de Europa, como menciona Jordá Cerda: “La época de los policromos, es la de mayor realismo artístico, uniéndose en las figuras, los pigmentos rojos y negros, la definición de los detalles con los animales representados tanto anatómicos como de pelaje, sorprendiendo la posición de la cuerna, corta y ligeramente dirigida hacia arriba, pero el perfil de la línea dorsal no deja lugar a duda su identificación específica. La falta de indicación de sexo y el acentuado diformismo del Bos Primigenius, tal vez apunten a su clasificación como individuo hembra”. 8 También podemos destacar la Cueva de la Peña de Candamo y La Cueva de la Loja, situada a poco más de 2 km de Panes, en el panel “La Torada”, en el que aparecen cuatro bóvidos de los que se observa, la representación de los cuernos en forma de lira en tres de ellos. En la ruta que recorre los diversos abrigos del monte de Valosandero, en Soria, paseo por los numerosos frisos prehistóricos pintados en las cuevas y abrigos hispanos, el toro, aislado o en grupos, se encuentra tranquilo en la campiña, primero en el arte paleolítico, como animal sagrado y posteriormente en el arte levantino expresionista y dinámico, conformando escenas en las que el hombre se nos aparece frente a él en actitud de lidia, de lucha y de culto al toro entre otros.
Otra importante representación es la Estela Clunia, que fue descubierta en las murallas de la Ciudad celtíbera de Clunia en 1774, ubicada en burgos, en ella se plasma una nueva relación del hombre con el toro, una estela taurina donde el toro acomete a un hombre que está armado con un escudo y una espada, este acontecimiento marca el inicio del toreo a pie, en donde el escudo representa el capote o la muleta y la espada el estoque. 11 El Vaso Historiado de Liria que se encuentra en Valencia, construido de cerámica decorada, representa los testimonios del trato de los íberos con el toro 2 o 3 siglos antes de Cristo, en donde aparece un cornalón que se enfrenta a dos cazadores con sendas mazas; demuestran claramente la extensión del culto al toro por las primeras civilizaciones. Podría responder bien a una escena religiosa o costumbrista. 12 Posteriormente en el camino natural de Ávila a Toledo se encuentran las esculturas de los toros de Guisando, de origen céltico y que ilustran la ruta de la trashumancia. Sus dimensiones son de más de 2.5 metros de largo; los pobladores le rendían culto y lo relacionaban con las divinidades del cielo y de la diosa tierra. Se dice que este paraje fue testigo del tratado en donde Enrique IV de Trastámara nombró a su hermanastra Isabel la Católica, Princesa de Asturias y heredera del reino de Castilla en septiembre de 1468.
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Conclusiones | |||||||||||
Este animal mítico que ha sido símbolo de poder y protección desde los orígenes de la humanidad, ha seguido a través de los años, como un distintivo de belleza, nobleza y poderío, tanto por su presencia física, como sus características de comportamiento. El toro ha sido centro de manifestaciones artísticas y ha ilustrado la evolución de los pueblos y marcando su trascendencia, también, ha llegado a ser fuente de inspiración al momento de recrear la historia con frescos monumentales y esculturas enigmáticas de veneración por parte de los dioses. Con este trabajo, se ha recreado la historia del toro desde sus orígenes primitivos y se da muestra de que estos mitos y ritos perduran mientras el toro siga siendo musa de inspiración para todos los artistas y los no artistas. |
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Referencias | |||||||||||
1. ÁLVAREZ DE MORA, Alberto. Ritos y juegos del toro. 2da edición. Madrid: Biblioteca nueva. 1998. 235p Imágenes 1. Dice: Esta Inicia… imagen tomada de: Centro etnográfico y bibliográfico virtual del toro de lidia. Origen del toro de lidia. <http://www.cetnotorolidia.es> [Consulta: 15 de enero de 2014] |
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